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Perú y Chile 2018 - Parte 22

Perú y Chile 2018

Día 23 (26/04/2018) - Arequipa

Todo el día para ver la ciudad y además la mañana comenzaba bien pues estaba despejado y se podían ver los volcanes que rodean Arequipa muy bien...

Subimos a la azotea del hotel, que era donde servían el desayuno y en la terraza desayunamos con estas vistas de los volcanes los volcanes Chachani y Pichu Pichu,

Y por supuesto el más conocido que es el volcán Misti.

Este hotel "Casa Consuelo", que en realidad está muy bien ubicado y es cómodo, me desencanto totalmente por el trato del personal. Es increíble como la gente que tienes en un negocio puede arruinarlo. Durante el desayuno increíblemente me discutieron si darme un huevo frito más..fue como hacerme un favor. Y en la recepción, pues básicamente ni te miraban a la cara. Una indiferencia del personal total.
Regresamos con mi padre esta vez sí al soportal donde está la vista de la plaza y esta vez sí con los volcanes de fondo.
La ciudad fue fundada el 15 de agosto de 1540, con el nombre de "Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunta" por Francisco Pizarro hasta setiembre de 1541 cuando Carlos V ordena que se la llame «Ciudad de Arequipa».
En el periodo virreinal adquirió importancia por su sobresaliente papel económico, y por el fidelismo hacia la Corona Española, recibiendo títulos como «Muy Noble y Muy Leal» y el de «Fidelísima».
Su casco histórico se extiende sobre una superficie de 332 hectáreas y fue declarado por la Unesco como «Patrimonio Cultural de la Humanidad»
El Madrid le había ganado al Bayern en su casa y andábamos tan contentos.

Incluso compramos la prensa deportiva local.
Esta es la callejuela detrás de la catedral, donde cenamos la noche anterior.

Nos habíamos apuntado en un "free tour" que salía del museo del chocolate Chachao en la callede Santa Catalina...la misma por la que luego fuimos al Monasterio de Santa Catalina, la principal atracción de Arequipa junto al museo de los Santuarios Andinos que ya visitamos la tarde anterior y donde esta la momia de Juanita.

Esperamos unos 20 minutos, nos invitaron a un chocolate y nos dividieron en 2 grupos según el idioma.
La primera parada fue la Basílica Catedral  considerada el más importante edificio religioso neoclásico del país, construido a mediados del siglo XIX sobre las ruinas de la primera iglesia barroca.
Luego entramos en la Iglesia y los Claustros de La Compañía, el conjunto más representativo del período barroco mestizo de fines del siglo XVIII.
Continuamos por la calle General Morán y entramos en los claustros de la Iglesia de la Compañía, donde accedimos a una preciosa plazoleta con un restaurante y alguna tienda, como queriéndole dar más usos al lugar.

Lo atravesamos y salimos por la puerta opuesta, para llegar dos manzanas más lejos al Mercado de San Camilo.
Este es un sitio para venir con hambre, pues hay muchos puestos con un montón cosas para picotear. La guía tenía capricho o comisión porque probásemos el queso helado uno de los postres más tradicionales de Arequipa.

El "free tour" finalizó en el los claustros y de ahí nos fuimos directos al Monasterio.
Según se accede al recinto y se paga la entrada llegamos al "Patio del Silencio" (lugar donde las monjas se reunían a rezar el Santo Rosario y leer la biblia en completo silencio), aquí hay varios guías oficiales que se ofrecen por un módico precio. Nos pareció bien y realizamos la visita con guía.
El claustro de los Naranjos de 1738 debe su nombre a la presencia de árboles de naranjo. Las tres cruces ubicadas en medio del claustro forman parte de una tradición del Monasterio de Santa Catalina, donde las religiosas representan la Pasión de Cristo todos los Viernes Santos.
Ocupa un terreno de 20.000 metros cuadrados y está absolutamente aislada de la ciudad, a pesar de que se ubica en el corazón de ésta. Un gran y sólido muro de 4 metros de altura aislaba la vida de las mujeres que habitaban el monasterio.
Las mujeres que ingresaron como monjas al monasterio fueron criollas, mestizas y hasta hijas de familias nobles. La historia cuenta del ingreso de las denominadas “monjas pobres” que sin tener hábitos, ni abrazar la vida religiosa, ingresaban a ejercitar sus virtudes y ser emperatrices de muchas otras. Así pues aquí también había clases y en virtud de esto tenían unas celdas mejores o peores..
Doña María de Guzmán, viuda de Diego Hernández de Mendoza, decide recluirse en el monasterio en construcción, cediendo para ello todos sus bienes. Así está considerada como la “Primera pobladora y priora de dicho Monasterio”

Se sabe que, a mediados del siglo XVIII, la ciudadela contaba con más de 300 mujeres de hábito y doncellas de servicio.
La ciudadela fue fundada el 10 de septiembre de 1579 y ubicada en una zona que destaca por su belleza natural, clima acogedor y que dispone de un gran material con el cual se construye, el sillar.

En el monasterio existen dos tipos, el sillar blanco, que proviene del volcán Chachani, y el rosado del Misti, este último es emblema de la ciudad.
Las celdas eran de muchos tipos y dimensiones, según el rango de las monjas.
El Convento de Santa Catalina se envolvió en un velo de misterio y silencio hasta 1970, en que una parte grande del convento abrió sus puertas para el público. Las religiosas permitieron que una empresa privada lo administrara. Todavía viven monjas en el área norte del complejo.
En el interior sus calles tienen nombre de ciudades españolas.

Visitamos varias celdas más, la cocina y callejeamos un poco...

 Al ir solos, tuvimos suerte de no encontrarnos con ningún grupo grande que le hubiese quitado bastante encanto a la visita. Hay una visita nocturna que debe ser incluso mejor, ya que entrar en la celdas y estar por estas callejuelas de noche debe ser algo impactante.

La lavandería fue construida en 1770, cuando Arequipa se abastecía de agua mediante acequias. En ella encontramos 20 medias tinajas. El agua corría por un canal central, que se desviaba a cada tinaja colocando una piedra...mi madre jugó un poco con esto.
Pasamos por un jardín que es su tiempo era el huerto, donde vimos varias plantas locales que no habíamos visto antes, como una variedad de higuera muy parecida a la nuestra pero con fruto distinto...

..y la iglesia de larga nave y de cúpula de media naranja, que tiene una construcción de planta básica de 1660 aproximadamente.
Nuestra visita guiada termino aquí en la Plaza del Zocodover, con una bonita fuente en medio...para unos Toledanos como nosotros, encontrar una calle Toledo y esta plaza con el mismo nombre que la plaza principal de nuestra ciudad pues fue bonito.
De esta plaza subía una escalera bastante empinada hasta un mirador.


Mis padres decidieron quedarse abajo con la guía mientras yo subí a fotografiar las vistas de los volcanes y de los tejados reformados del convento.
Podemos decir que los tejados del Monasterio no son su mayor atractivo, pero el volcán era bonito.

Después de despedirse la guía teníamos más tiempo para recorrer más celdas y callejear un poco más por libre, pero decidimos dar por terminada la visita.
La gente se recorre cada recoveco esperando ver algo de hace 4 siglos que nadie había encontrado hasta la fecha..alguno incluso alguna monja venida del más allá..pero con la cantidad de terremotos y reconstrucciones que ha tenido el monasterio, sobretodo el terremoto de 1868..pues vamos que difícil.

Continuamos por la Calle de Santa Catalina hasta el parque de San Francisco.
Allí entramos en una tienda de souvenirs donde compramos unas camisetas. Mi madre se la puso al instante. La iglesia de San Francisco estaba cerrada, pero faltaba poco para que la abriesen, aunque decidimos seguir hacia el norte para ver el barrio de San Lázaro.

Cenando la noche anterior en la terraza junto a la Catedral, una mujer pintora, nos vendió un cuadro en el que aparecían una callejuelas similares a las de Córdoba cuando celebran los patios y con el volcán Misti de fondo. Le preguntamos y nos dijo que era el barrio San Lázaro.

Callejeamos un poco por San Lázaro, pero además de ser un barrio en cuesta, también nos pareció que nos salíamos de lo bonito de la ciudad, y visto que nadie nos indicaba donde poder ver las calles del cuadro, decidimos regresar a la iglesia de San Francisco.

De regreso mi madre le compró esta muñeca a Sofia y nos acercamos a la entrada de la iglesia.
Ya cansados de tanto andar (free tour, Santa Catalina y San Lázaro), optamos por no entrar al museo de la iglesia de San Francisco y nos conformamos con verla por fuera.


Ya teníamos hambre y optamos por regresar al centro a comer en la Sanguchería que vimos la noche anterior. De regreso visitamos brevemente el patio de la Biblioteca Mario Vargas Llosa, nacido aquí en Arequipa y nos encontramos también varios restaurantes especializados en "chupes", muy típicos de Arequipa y que solo habíamos probado en Cusco, pero nos quedamos con las ganas.

Finalmente pudimos comer alguno de los típicos "Sanguches" Peruanos en esta "Sanguchería" que aunque seguramente las haya mejores, nos gustó mucho y su servicio fue fantástico.Terminamos con un postre en el McDonalds que había justo enfrente, antes de regresar al hotel para recoger las maletas e ir en Taxi al aeropuerto.