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Japon - Día 9

 

Japón 2025

Takayama y Matsumoto (16/03/2025)

El frío y la nieve que cayo durante la noche nos recordó que en efecto, estábamos en mitad de los Alpes Japoneses. Por si las paredes de nieve de 2 metros de las aldeas de Shirakawa-go y Gokayama no nos lo habia dejado claro 🧊❆⛄

Amaneció un día gris con una ligera llovizna y nuestra primera parada fue en el Santuario Sakurayama Hachiman.

El Santuario Sakurayama Hachiman es el santuario sintoísta más importante de Takayama y está dedicado a Hachiman, el dios protector de los guerreros y guardianes de la región.

Se cree que fue fundado durante el siglo VIII, lo que lo convierte en uno de los santuarios más antiguos del área de Hida, profundamente ligado a la historia de la ciudad.

El santuario es famoso por ser el punto de partida del Takayama Matsuri de otoño, uno de los festivales más espectaculares de Japón, con carros alegóricos ricamente decorados llamados yatai.

Dentro del recinto se encuentra el Takayama Yatai Kaikan, un museo que alberga y exhibe los carros del festival, decorados con lacado, pan de oro y marionetas mecánicas (karakuri).

Takayama, situada en los Alpes Japoneses de la prefectura de Gifu, es conocida por su preservado casco antiguo, sus casas de madera estilo Edo y su rica tradición artesanal, especialmente en carpintería y laca (urushi).

El santuario Sakurayama Hachiman se encuentra en el distrito Hachiman-machi, una zona tranquila y arbolada al norte del casco antiguo, donde aún se respira un ambiente espiritual y rural.

En los alrededores del santuario se puede disfrutar de callejuelas silenciosas, museos de carros alegóricos y casas de té tradicionales.

Mi foto ya típica en honor a mi padre del mapa del area para visitantes perfectamente delimitado, con los principales puntos de interés.

Shōren-ji fue fundado en 1253 por Kanenbo Zenshun, discípulo de Shinran, y su histórico salón principal fue trasladado en 1960 desde Shirakawa‑go para evitar quedar bajo las aguas de una presa en construcción

El edificio principal está construido con madera de un solo cedro gigantesco datado de 1504, lo que lo convierte en una estructura arquitectónica excepcional dentro de la escuela Jōdo Shinshū Ōtani

Aunque es uno de los templos más antiguos de su secta, hoy Shōren-ji recibe pocos visitantes y nosotros tardamos poco en visitarlo, para visitar el cercano distrito Sanmachi-suji famoso por sus destilerías tradicionales de sake.

En el distrito Sanmachi-suji de Takayama se concentran 7 destilerías tradicionales de sake a pocos metros entre sí, siendo uno de los lugares con mayor densidad de sakagura en Japón.

Muchas de estas destilerías, como Harada, Hirase, Niki, Kawashiri, Funasaka, Hirata, e incluso Ota, ofrecen tastings por solo 100‑250 ¥ por copa, utilizando las pequeñas copas tradicionales llamadas ochoko.

El sake local se elabora con arroz autóctono Hida‑Homare y agua cristalina proveniente de los Alpes del norte, lo que aporta un perfil equilibrado con notas de dulzura, umami, acidez y ligero amargor.

Nosotros visitamos la Fábrica de sake Funasaka donde hay unas maquiñas donde compras unos tokes que luego los usas en una máquinas con un tipo de sake cada una.

Acabamos degustando 6-7 sakes diferentes...luego había que conducir así que tampoco era para abusar tan pronto...yo recomendaría venir aquí algo más tarde después de cenar ☺👅

Después de recorrer el distrito Sanmachi-suji ya un poco tocados por el sake, nos fuimos tambaleando hasta el cercano Takayama Jinya.

El festival de otoño de Takayama se celebra cada año el 9 y 10 de octubre en honor al Santuario Sakurayama Hachiman. Los yatai se iluminan con docenas de linternas, creando una atmósfera mágica en las calles del distrito Hachiman; además, algunos incluyen marionetas mecánicas (karakuri) que realizan complejas danzas rituales.

El Takayama Jinya fue construido originalmente en el siglo XVII y funcionó como oficina del gobierno del shogunato Tokugawa para administrar directamente la región de Hida, rica en recursos forestales.

A diferencia de muchas otras regiones gobernadas por daimyō, Hida fue declarada tenryō, territorio bajo control directo del shogun, por lo que Takayama Jinya albergó durante más de 170 años a los gobernadores enviados desde Edo.

Es el único edificio gubernamental del período Edo que sobrevive completo en Japón, y por ello está designado como Importante Bien Cultural Nacional.

Se utilizaba para recaudar impuestos, gestionar el comercio de madera, resolver disputas legales y controlar el trabajo obligatorio, funcionando como sede de justicia, economía y administración local.

El complejo conserva su estructura original de madera, incluyendo oficinas, salas de audiencia, almacenes, calabozos y viviendas para los funcionarios, rodeados por un jardín japonés.

Los tatamis, puertas corredizas y detalles interiores han sido restaurados fielmente, permitiendo a los visitantes recorrer las mismas habitaciones utilizadas por los magistrados hace más de dos siglos.

La visita a Takayama Jinya ofrece una inmersión auténtica en la administración feudal japonesa, con paneles informativos y maquetas que explican la vida cotidiana de los samuráis burócratas.

Uno de los edificios más impresionantes es el granero de arroz, donde se almacenaban los impuestos en especie; su enorme tamaño da testimonio de la riqueza de la región en el período Edo.

La verdad es que el edificio es bastante grande y el recorrido aunque es libre, viene bien indicado con flechas para no perderse en la multitud de edificios y espacios de exposición.

Justo frente al edificio se realiza cada mañana el mercado matutino (Asaichi) de Takayama, donde se venden verduras, flores y artesanías locales, en un entorno tradicional vibrante.

De regreso al coche desde Takayama Jinya nos topamos con el mecado de Miyagawa junto al rio del mismo nombre.

El Miyagawa Morning Market se extiende unos 350 m a lo largo de la ribera del río Miyagawa, entre los puentes Kaji-bashi y Yayoi-bashi, con puestos alineados junto al agua desde primera hora.

Se considera uno de los tres grandes mercados matutinos de Japón, junto al mercado Wajima en Ishikawa y el Katsuura en Chiba, y existe en Takayama desde el período Edo.

Normalmente se ubican 30 a 40 puestos que ofrecen verduras frescas, frutas de la región, encurtidos caseros, dulces tradicionales y artesanías locales durante la mañana.

Los vendedores locales suelen hablar en dialecto de Takayama, y muchos explican amablemente cómo cocinar o conservar las verduras raras que venden, lo que aporta autenticidad a la experiencia.

El mercado opera todos los días del año, con horarios de abril a noviembre de 7:00 a 12:00, y de diciembre a marzo de 8:00 a 12:00.

Para completar la visita al centro de Takayama, regresamos al coche para visitar el Templo Hida Kokubunji por el que pasamos el día antes de llegar al hotel y que nos gustó por fuera. 

Fundado en el año 746 d.C. por orden del emperador Shōmu como parte del sistema de templos provinciales (kokubunji), es el templo más antiguo y significativo de la región Hida.

Cuenta con una pagoda de tres pisos de 22 m de altura, construida originalmente en 1820 (o 1821 según fuentes), siendo la única de este tipo en toda la región Hida y catalogada como Propiedad Cultural Importante.

Frente a la puerta de la torre del campanario se alza un ginkgo biloba de unos 1 250 años, también conocido como Árbol de los Deseos, designado Monumento Natural y muy fotografiado especialmente durante otoño.

El salón principal (Hondō) data del período Muromachi (siglos XIV–XVI), lo que lo convierte en la estructura más antigua de Takayama y está protegida como Bien Cultural Importante nacional.

En los terrenos del templo se encuentran las piedras angulares del antiguo pagoda de siete pisos construida en la era Nara. Estas piedras han sido protegidas como Sitio Histórico Nacional y atestiguan la rica herencia arquitectónica del lugar.

Ya a las afueras de la ciudad, se encuentra el museo al aire libre de Hida no Sato.

Aunque en la ciudad ya apenas se notaban las nevadas de los últimos días, este museo al aire libre nos recordó donde estábamos.

Hida no Sato, inaugurado en 1971, preserva más de 30 casas tradicionales del período Edo provenientes de toda la región Hida, muchas de ellas trasladadas desde lugares como Shirakawa-go.

Entre estas edificaciones, se encuentran 4 casas que son Propiedades Culturales Importantes de Japón, y otras 7 designadas a nivel de prefectura; también hay edificios históricos registrados por la ciudad.

El museo está ubicado en una colina panorámica a unos 2 km al suroeste de Takayama Station, rodeado de naturaleza que recrea un pueblo de montaña tradicional.

En varias casas se realizan demostraciones diarias de oficios tradicionales, como tejido, cerámica, tallado de madera (ichii itto bori), teñido vegetal y bordado sashiko.

Hay más de 10 talleres prácticos accesibles sin reserva, incluyendo fabricación de muñecos sarubobo, pintura de cerámica, cestería de paja y tejido de cuerda.

El museo ocupa aproximadamente 130 000 m², con caminos de grava, estanques, molinos de agua, áreas boscosas y un sendero literario con estatuas y placas dedicadas a la literatura regional.

Incluye casas con techos de paja gasshō-zukuri y también techos de kure-buki (tablilla de madera), reflejo de diferentes estilos adaptados al clima alpino.

El museo preserva casas que datan de entre 100 y 500 años de antigüedad, cada una con mobiliario, herramientas, instrumentos agrícolas y textiles representativos de su época.

Hay también un museo montañés (ex-mejor estación meteorológica) de estilo occidental del período Meiji, que hoy alberga material sobre la cultura regional.

Durante el verano, otoño e invierno, se organiza una iluminación nocturna, donde las casas gasshō se iluminan entre la oscuridad, generando atmósferas muy fotogénicas como en Shirakawa-go.

Se celebran eventos tradicionales como exposiciones de arte popular, talleres comunitarios y festivales estacionales, reforzando el ambiente de pueblo activo.

La combinación de arquitectura tradicional, arte popular y naturaleza montañosa rodeada de los Alpes Japoneses crea un ambiente contemplativo muy característico de la región Hida.

Algunas casas tienen fogones tradicionales (irori) aún activos, donde los visitantes pueden calentarse y observar cómo el humo ayudaba a conservar el techo de paja y ahuyentar insectos.

Además Dani descubrió que habia un sello en casi todas las casas, así que aquí rellenó un cuaderno entero de sellos.

El estanque central, rodeado de casas con techos gasshō y árboles de temporada, crea reflejos perfectos para la fotografía, especialmente durante el follaje otoñal y las nevadas invernales.

Las señalizaciones en el museo están en japonés e inglés, con explicaciones detalladas sobre cada estructura, sus funciones y el contexto histórico de cada región de donde fueron traídas.

Una última estampa mágica de Hida no Sato (Hida Folk Village) y salimos pitando para Matsumoto. En el mapa descubrimos que estábamos muy cerca de Narai-Juku, el último de los pueblos tradicionales japoneses, junto a Magome-juku y Tsumago-juku que nos quedo por visitar por la zona y de hecho intentamos llegar a Matsumoto pasando primero por Narai-Juku, pero después de unos 20 - 30 Km, nos tuvimos que dar la vuelta ya que la carretera estaba nevada y temimos quedarnos atascados en la nieve en mitad de la montaña.

No fue facil llegar a Matsumoto, incluso por la carretera principal (158), ya que había mucha nieve e incluso temimos que nos cerrasen la carretera y nos quedásemos atrapados en Takayama.

Después de los intentos fallidos de llegar a Narai-Juku, donde pasamos algunos apuros, por la carretera 158; aún con muy mal tiempo y mucha nieve conseguimos llegar sin problemas al hotel de Matsumoto en torno a las 17:00h, cuando la distancia entre Takayama y Matsumoto es de 90 Km, unas 2 horas de camino.

Aprovechamos lo que restaba de día para acercarnos a ver el famoso castillo de Matsumoto, la principal atracción.

El Castillo de Matsumoto, también llamado “Castillo del Cuervo” por su fachada negra y envolvente reflejo en el foso, fue construido entre 1592 y 1614 y es uno de los pocos castillos originales que aún conservan su torre principal de madera.

El castillo es un tesoro nacional de Japón, y sus cinco niveles externos y seis internos conforman uno de los seis pocos tenshu originales supervivientes en el país.

Fue construido sobre una llanura (hirashiro), sin lógica defensiva natural, por lo que sus sistemas de defensa se centraban en las estructuras mismo: aspilleras, pasadizos defensivos y puertas reforzadas.

El castillo incluye una sala de exposición de armas antiguas, el “Museo Teppo Gura”, donde se exhiben armas de mosquete (tanegashima), armaduras y artefactos excavados durante las restauraciones realizadas entre 1979 y 1984.

Históricamente, fue mandado reconstruir por Ishikawa Kazumasa y su hijo Yasunaga, después de que Tokugawa Ieyasu confirmara la estructura, lo que consolidó su diseño actual en 1593‑94.

El castillo también fue apoyado por ninjas de la familia Akutagawa, que servían a los señores locales, y ocasionalmente se pueden encontrar recreaciones de estos shinobi durante eventos turísticos.

Matsumoto, situada a los pies de los Alpes Japoneses, combina historia y naturaleza: es famosa tanto por su arquitectura tradicional como por su entorno montañoso y rural.

Nos quedamos hasta que encencieron las luces del castillo y la verdad es fue muy bonito.

Trás la visita al castillo descubrimos que habiamos cruzado la majestuosa cordillera Hida, también conocida como los Alpes del Norte de Japón, una cadena montañosa escarpada con cumbres que superan los 3 000 metros, como el monte Hotaka y el monte Yari...así que normal la nieve.

La región forma parte del Parque Nacional Chūbu-Sangaku, y es famosa por su belleza natural: incluye pasos de montaña como Norikura y Kamikōchi, valles glaciares, bosques alpinos, aguas termales y senderos de trekking espectaculares en primavera, verano y otoño...

Salimos a cenar y paseando desde el hotel llegamos al Matsumoto Station Square, donde acabamos cenando en un Matsuya (punto rojo) que ya hacía tiempo no íbamos. 💖☝👅...muy rido como siempre aunque descubrimos que no en todos tienen el curry a todas horas...en este solo lo servían por la mañana.

Para el postre acabamos en un MacDonalds donde probamos unos "churros" un poco raros y un pastel de una fruta que era una gelatina roja, en vez de manzana...muy rico también.

El plan del día siguiente era continuar la visita de Matsumoto, pero como lo importante era el castillo y ya lo habiamos visto decidimos dedicar el día en otro destino, ya que Matsumoto estaba totalmente nevado, la previsión del tiempo no era buena y temiamos quedar atrapados en la nieve...donde acabariamos era una incognita. ☺