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Islandia - Día 8

 

Islandia 2022

Austurland y los fiordos del Este (15/09/2022)

Tocaba día recorriendo los fiordos del este de Islandia. Después de los volcanes, las cataratas y los glaciares, hoy tocaban los fiordos.

Dormiamos 2 noches en un auténtico Guest House de Islandia, un tipo de alojamiento muy típico, sobretodo en las partes más remotas de la isla y menos turisticas, donde los alojamientos eran escasos.

Una gran casa roja en lo alto de la colina del bonito pueblo de Fáskrúðsfjörður con vistas al fiordo.

Nos fuimos a desayunar a una pastelería en el cercano pueblo de Reyðarfjörður.

En ese mismo pueblo además de su fiordo el Reyðarfjörður, subimos a una pequeña catarata en el Cañón Budará, la Búðarárfoss.

Después del paseo, continuamos por la carretera 92 hasta el mirador de Reyðarfjörður view point, desde donde había una preciosa vista del fiordo.

Regresamos hasta volver a la carretera circular 1 desde donde cada pocos Km teniamos que parar a hacer fotos de los paisajes.

Como este mirador en Útsýnispallur Grænafell donde los colores otoñales, las cataratas que discurrian por cada grieta de todas las laderas del camino, junto a la luz del sol, permitia hacer unas fotos muy bonitas.

En todo el recorrido por los fiordos vimos cientos de cataratas.

Aquí en Útsýnispallur Grænafell nos hicimos el primer selfie del día.

Continuamos por la carretera, desviándonos por la 953 hacia el fiordo de Mjóifjörður.

Hay un total de 109 fiordos en Islandia.

La mayoría de los fiordos están localizados en el este y en el noroeste en la peninsula de Vestfirðir.

La carretera 953 hacia Mjóifjörður, no estaba asfaltada así que dudamos si continuar o no.

Las vistas del fiordo eran increibles así que decidimos continuar.

Pronto nos encontramos con la bonita catarata de Klifbrekkufossar.

Aunque debimos haber pasado por unas 200 cataratas similares por la mañana, pues en esta paramos ya que estaba junto al camino.

El camino 953 va en zigzag hasta el fiordo y es un camino precioso mires en la dirección que mires.

Austurland (Región del este) es la más oriental de las ocho regiones administrativas de Islandia. Tiene una superficie de 21 986 km² y 13 786 habitantes.

Su capital es Egilsstaðir por la que luego pasariamos ya que es el centro neurálgico y todas las carreteras pasan por allí. Tiene sólo 2300 habitantes.

Llegamos hasta el mismo fiordo de Mjóifjörður.

Dimos la vuelta en el fiordo y regresamos a la carretara principal, pasando por Egilsstaðir nos desviamos por la carretera 93 en dirección Seyðisfjörður.

Hicimos una breve parada en la catarata de Gufufoss a mitad de camino donde había un grupo de japoneses con cámaras entrevistando a un skatter.

Seydisfjordur es según dicen el más bonito de los fiordos de la región del este y fue aquí donde encontramos más gente, pues llevábamos toda la mañana prácticamente solos.

Intentamos comer pues eran ya las 3 de la tarde, pero a esas horas en Islandia la mayoría de los restaurantes ya han cerrado cocina para las comidas y aún no han abierto para las cenas.

Lo cierto es que fue mejor ya que entramos a comprar provisiones en un supermercado y nos tomamos un aperitivo en una mesita junto al fiordo, lo que nos ahorro tiempo.

Trás el aperitivo nos recorrimos el bonito pueblo de Seydisfjordur.

Tras el cierre de la pesquería local, el pueblo ha centrado su economía en el turismo, aunque sigue siendo un importante puerto pesquero en la costa este islandesa.

Seyðisfjörður tiene unos 700 habitantes.

Seyðisfjörður es conocida por sus antiguos edificios de madera. La ciudad tiene un interesante ambiente cultural, con un centro de artes y dos museos.

Por barco de pasaje Norræna, conecta Seyðisfjörður con la ciudad de Hirtshals en Dinamarca y con Bergen en Noruega.

Vimos focas en el fiordo y curiosas plantas con flores que parecían plumas de ave.

En la iglesia construida en 1921 tienen lugar conciertos en verano.

Teníamos una hora de regreso hasta Fáskrúðsfjörður así visto el pueblo decidimos regresar pronto para cenar.

El dueño de la Guesthouse nos recomendó ir a cenar al Cafe Sumarlína, que la verdad por fuera parecía una simple casa, pero que la verdad luego estaba muy concurrido, por gente local sobretodo.

Para cenar y como era habitual ya, cenamos sopa de marisco, bacalao fresco y una especialidad suya consistente en una base de pan donde encima le echaban una salsa a base de nata con pimiento y gambas.Todo muy rico aunque allí en el resto de mesas vimos que solo se cenaban pizzas, así que debían estar buenas también.