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Cuba - Día 9

 

Cuba 2023

Valle de los Ingenios - Trinidad (21/03/2023)

Mi padre ya estaba recuperado, asi que tocaba visitar el Valle de los Ingenios y alrededores de Trinidad...

El Valle de los Ingenios, ubicado en la Provincia de Sancti Spíritus, en el centro de Cuba, es una extensa planicie de forma triangular que abarca alrededor de 250 kilómetros cuadrados.

 Comprende en su interior los valles de San Luis, Agabama-Méyer y Santa Rosa, además de la llanura costera del sur, delta del río Manatí.

Junto con la ciudad de Trinidad, fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en el año 1988.

Nuestra primera parada fue en el mirador del valle ubicado a 5 km de Trinidad.

Fomentando una de las regiones azucareras más grandes de la época, se asentaron en el valle desde el siglo xvii hasta el XIX, la aristocracia criolla, que se dedicaba a la industria azucarera en gran escala, entre 75 mil y 140 mil arrobas de caña por caballería, basadas en el trabajo esclavo.

Hoy ya apenas queda nada de esta industria y las fincas parecen todas semi abandonadas y más bien orientadas al turismo.

Siguiendo por la carretera llegamos al Ingenio San Isidro de los Destiladeros.

El valle cuenta con 65 sitios arqueológicos, incluidas 13 casas haciendas, algunas de las cuales cuentan aún con sus calderas, torres, sistemas industriales de la época y vestigios propios de la producción azucarera, de los siglos del XVIII al XIX. 

Con la colaboración de la UNESCO se ha recuperado el ingenio San Isidro de los Destiladeros incluido en 1999 en la lista de los 100 sitios en peligro, nominación patrocinada por World Monument Fund (Fundación para los Monumentos del Mundo) que busca y promueve financiamiento para lugares históricos y patrimoniales en peligro.

Esta arbol en mitad de la finca seguro vio el Ingenio de San Isidro en todo su explendor.

En San Isidro de los Destiladeros se paga una pequeña entrada y luego el lugar es facil de visitar ya que todos los restos tienen placas descriptivas de la función de cada lugar.

La torra del campanario desde donde cada día se indicaba con los toques de las campanas el inicio y el fin de las jornadas.

Al principio, el terreno fue utilizado por los españoles para la plantación de tabaco, la ganadería y otros cultivos, hasta que llegó el boom de la industria azucarera.

Tras visitar el Ingenio de San Isidro de los Destiladeros donde además nos tomamos un guarapo, hicimos otra parada para tomarnos una Canchanchara en el Ingenio Jesús de Nazareno de Buena Vista.

Solo estaba abierto el bar..pero desde sus terrazas habia muy buenas vistas del valle.

A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, se produjo un gran declive en el valle produciendo un éxodo de capitales hacia otras regiones debido a las ya no tan fértiles tierras, a la crisis mundial de 1857 y a la guerra de la independencia de 1868.

Las haciendas mejor conservadas son las de Manaca-Iznaga, Buena Vista, Delicias, Guáimaro y Magua, todas ellas con arquitectura neoclásica.

Una pena ver lo que un dia fueron prosperas plantaciones, y ahora apenas nada queda.

Ingenio Jesús de Nazareno de Buena Vista.

Ingenio Jesús de Nazareno de Buena Vista.

Ingenio Jesús de Nazareno de Buena Vista.

Ingenio Jesús de Nazareno de Buena Vista.

A apenas 3 KM se encuentra quizás el mayor y más importante de los Ingenios que quedan en pie.

Precedido por numerosos puestos de souvenirs, llegamos a la Hacienda Ingenio Manaca Iznaga.

Compuesta por la casa hacienda, la torre vigía, la nave herrería y el cementerio de esclavos, Manaca-Iznaga constituyó la cuna y el símbolo del poderío económico que llegó a alcanzar Trinidad gracias a la industria azucarera. 

Este sitio no siempre perteneció a los Iznaga. La primera fecha en que se menciona es en 1750, cuando Manuel José de Tellería compra el llamado corral de «Manacanacu» para construir un ingenio de miel y azúcar.

Con una altura de casi 45 metros, la torre ha resistido los avatares del tiempo y los fenómenos naturales para conservar toda su belleza y esplendor. Debido al paso de los años se ha inclinado un poco, por lo que los pobladores la llaman la Torre de Pisa de Cuba.

Declarada Monumento Nacional en 1978, se cuenta que fue construida para vigilar a los esclavos en sus labores. Era el “ojo que todo lo ve” durante la plantación y con su campanario se indicaba la hora del comienzo y del fin de la jornada laboral. También se utilizaba como alarma en casos de incendios.

La familia Iznaga-Borrell era de las más poderosas y adineradas de Trinidad y contaban con grandes caballerías de tierras dedicadas a la producción azucarera, con miles de esclavos.

Se dice que el levantamiento de la torre se debió a una disputa amorosa entre los hermanos Pedro y Alejo Iznaga. Enamorados de la misma mujer, se jugaron el amor a quien construyera la mayor obra. Otros señalan que la apuesta se debió realmente a la necesidad de encontrar reservas de agua.

Un grupo de musicos se encontraba tocando música Cubana a un grupe de turistas que estaban allí comiendo.

Nosotros descansamos en unas mecedoras y nos dimos una vuelta por la tienda de souvenirs (estatal) donde compramos una gorra a precio europeo...cusioso que solo se podía pagar con tarjeta...no te aceptaban su propia moneda.

Tenian también Ron, pero mas caro que la misma botella en España...

El ingenio estuvo conformado por las edificaciones propias de los complejos agrícolas. Una hacienda donde vivían los dueños, una fábrica de azúcar, los barracones de esclavos y una torre vigía. Hoy se conservan restos de la fábrica y de los barracones, luego convertidos en caseríos, la casa hacienda y la torre.

Dimos caramelos a unos niños, medicinas y perfumes a unas vendedoras de los puestos de souvenirs y nos entretuvimos con un simpatico Cubano que vendía bichos hechos de hoja de palmera mientras nos tomámabos un coco bien fresquito.

Regresamos a Trinidad donde callejeamos un poco por el centro pues mi padre aún no lo había visto.

Le hicimos un resumen de lo que nos enseño el guía del free tour el día anterior...

...la calle Real de Jigüe, la plaza Mayor, la Iglesia de la Santísima Trinidad...

Después del mini tour nos tomamos una cerveza y una piña colada cerca de la Plazuela del Jigüe.

Antigua casa colonial ubicada en el centro histórico de la Ciudad de Trinidad, en el lugar que  se conoce por la Plazuela del Jigüe, donde según la tradición se celebró la misa de fundación de la villa en la navidad de 1513 ofrecida por Fray Juan de Tesin en presencia del Adelantado Diego Velásquez, varios de sus soldados y los indígenas de la zona.

Mi padre aun recuperándose de la infección decidió no forzar y quedarse en la casa para luego salir de nuevo a cenar, mientras mi madre y yo nos fuimos al Parque de Topes de Collantes.

Por el camino nos encontramos un bonito mirador...

.. y un precioso columpio, con unas increibles vistas

Nuestra idea era ir a las Vegas Grandes: es una caminata de la cual hay una parte que se realiza en una pendiente de aproximadamente 45 grados lo que la hace muy difícil al viajero, el cual queda agradecido al terminarla pues culmina en el salto del Caburní, un salto de agua que es el segundo más alto de Cuba después del salto de Soroa, y posee una poceta en la cual el caminante se puede refrescar.

Lamentablemente llegamos muy tarde, ya que habia que hacer una caminata de una hora para llegar y quizás se nos haría de noche en la vuelta...así que solo hicimos el tramo inicial del sendero.

De hecho no estaba muy bien indicado, así que no era plan de perderse por mitad de la selva en Cuba...

Continuamos recorriendo el parque por carretera, hasta que llegamos a una especie de hotel gigante, tipo soviético que la verdad contrastaba bastante con el lugar.

El Kurhotel Escambray es un hotel para la salud que no te dja indiferente...a mi me causo la impresión de ser un hotel como el de la película del resplandor.

Dimos un paseo por un sendero que salia desde el Parque de la Villa Caburni y era el que llegaba hasta el Salto del Caburní: es la caminata más popular se realiza a través de plantaciones de café, las casas tradicionales de los agricultores, y los acantilados para acabar en el río Caburní con una cascada de 62 metros (203 pies) y una serie de estanques naturales.

Una pena que fuese tan tarde, aunque el entorno natural lo pudimos observar recorriendo parte del sendero.

Regresamos a Trinidad para recoger a mi padre y salir a cenar.

Fue muy curioso ver como al atardecer, los cubanos salian a la puerta y ponia cada uno varios productos para su venta u intercambio..productos dispares como un paquete de salchichas, una botella de aceite...eso no quitaba que las calles al igual que en La Havana hubiera casas y palacetes increibles.

Nos vieron olisqueando y nos invitaron a entrar en la casa que fue el Consulado Español..nos enseñadorn la casa...todos los cubanos las tienen llenas de trastos de todo tipo y nos enseñaron un par de cuadros antiguos.

Se puede apreciar lo increible y bonitas que tuvieron que ser esas casas en su época.

Cenamos en Los Conspiradores, para mi uno de los dias que mejor comimos en Cuba.

Al ser privado, tenian prácticamente de todo y además de tener mucho encanto, la cena estuvo amenizada con música en vivo.

Como no, cenamos Langosta esta vez con pasta...riquísima.

Celebramos la recuperación de mi padre...muy buena velada.

Incluso se pidió una piña colada...sin alcohol ☺

Trinidad por la noche es preciosa y bastante animada.

Casa de los Conspiradores. Es una casona familiar del siglo XVIII , convertida en símbolo de esta ciudad debido a ser la sede de los integrantes trinitarios en la Conspiración de la Mina de la Rosa Cubana en 1848. Esta edificación esta situada en la calle Cristo, al pie de la escalinata de la Casa de la Música, a pocos metros de la Plaza Mayor y la Parroquial Mayor.